lunes, 2 de mayo de 2011

Qué ojos más grandes tienes, Caperucita

Con ésta ya son dos veces las que menciono a Amanda Seyfried, aunque en esta ocasión el papel no tenga nada que ver con el de Querido John. O sí, no lo tengo muy claro.


El asunto es que Amanda es una Caperucita convincente y eso que no era fácil adaptar un cuento clásico a los gustos modernos… salvo si se utiliza la estética Crepúsculo. La crisis está en todas partes y hay que apostar sobre seguro, es totalmente comprensible.

La película es entretenida y decente, que es más de lo que esperaba leyendo las críticas. No niego que tiene algunos momentos para el bochorno, como la comunicación telepática con el lobo, la llegada de Gary Oldman a modo de exorcista de licántropos o el clásico qué-ojos-más-grandes-tienes, que parece metido a presión y en el peor momento posible. Pero quitando eso, no lamento haberla visto y la ambientación y la fotografía estaban muy cuidadas.

Las principales conclusiones que extraigo son, primero, que el camino hacia la madurez de Virginia Madsen es de todo menos natural (y es una lástima) y que Shiloh Fernandez hubiera sido un perfecto Edward Cullen. Total, el personaje es el mismo.