domingo, 11 de julio de 2010

Me gustaban los vampiros… y llegó la saga Crepúsculo

A los fans de los vampiros siempre nos quedará True Blood. Y el recuerdo de Buffy cazavampiros (la serie, no la película) y el Drácula de Francis Ford Coppola. Cuando Edward Cullen diga algo del calibre de “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte” entrará en este listado, pero mientras siga oyendo cosas como “Eres tan hermoso” saliendo de la boca de Bella Swan, mientras tiene la vista clavada en los pectorales de Jacob, la saga Crepúsculo seguirá siendo una decepción para mí.



Lo mejor de la primera película fue el tono de gloss de Edward, pero a su manera era entretenida. La escena de Edward tomando el sol me recordó inevitablemente a las cremas de ponte-morena-en-un-minuto que vendían hace unos años, con microcristales pulverizados. Si la hubiera visto con 13 años me hubiera enamorado locamente de él, pero en fin, supongo que no me llegó a tiempo.


Sin embargo, la segunda película tenía tramos de vergüenza ajena. El momento cumbre del absurdo fue la escena en la que Bella se cae de la moto y se hace un minúsculo rasguño en la frente. El hiper-hormonado chaval-lobo corre a socorrerla. Cosas del amor, se obligado a quitarse la camiseta raudo y veloz, para taponar la tremenda hemorragia que casi le cuesta la vida.


No digo que los libros sean la obra cumbre de la literatura moderna, pero están decentemente escritos, enganchan y tienen cierta coherencia lógica (al menos los 3 primeros). Que Taylor Lautner sin camiseta llena los cines no lo discuto, pero si en los libros había una razón para que Jacob fuera todo el día a pecho descubierto, que mínimo que molestarse en incorporarlo al guión. Por si alguien tiene curiosidad, la razón es que cada vez que se transforma se carga toda la ropa y quieras que no es un dineral. Que nadie sufra por él, parece ser que los hombres lobo tiene una temperatura corporal más alta de lo normal, así que frío no pasa.

PD: Consejo del día: no cometáis el error de depositar vuestras esperanzas en The Vampire Diaries: son guapos, pero no vale la pena. Tiemblo sólo de pensar en la miniserie que está rodando Antena 3, No soy como tú.

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